Adaptaciones cardiovasculares al ejercicio

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Hoy en Press Banca Fitness os dejamos un artículo escrito por nuestro blogger Pablo Escandón (@pescanpra en Twitter), estudiante de Medicina y amante del deporte, espero que os guste pressbanquistas…

En este post vamos a ver las adaptaciones del corazón y los vasos sanguíneos al ejercicio, dependiendo del tipo de ejercicio que se realice:

 Si es ejercicio un ejercicio aeróbico o de resistencia, con contracciones concéntricas, dinámicas y de duración considerable.

 O si es un ejercicio anaeróbico o de potencia, con contracciones isométricas, estáticas y de escasa duración.

Adaptación cardiovascular al ejercicio de resistencia o aeróbico.


Fundamentalmente, las variaciones que nos vamos a encontrar son:

 A nivel del gasto cardíaco:

El gasto cardíaco depende directamente de la frecuencia cardiaca y del volumen de sangre que sale del corazón en cada contracción cardíaca.

En el corazón del deportista entrenado tenemos una menor frecuencia cardiaca al mismo nivel de esfuerzo, así como un mayor volumen expulsado a igualdad de esfuerzo. Esto último es por un crecimiento en tamaño de las cavidades del corazón, de un mayor grosor de las paredes del corazón y de un aumento en la distensibilidad de las fibras musculares cardíacas.

Por esto, y debido a que durante el ejercicio la necesidad de nutrientes de los músculos aumenta, se produce un incremento del gasto cardíaco, aunque descienda la frecuencia cardíaca.

 A nivel de las resistencias periféricas:

Los vasos sanguíneos se comportan de una manera diferente durante el ejercicio y el reposo. Durante el ejercicio aeróbico, los vasos de las zonas inactivas disminuyen su diámetro (vasoconstricción), mientras que los de las zonas activas aumentan su diámetro (vasodilatación).

Aquí, nos encontramos con una redistribución del flujo sanguíneo, haciendo que llegue más sangre a las zonas activas (corazón, músculo, cerebro y piel) y menos a las zonas inactivas (aparato digestivo y riñones).

 A nivel de la tensión arterial media:

La presión mínima (diastólica), prácticamente, no varía entre el esfuerzo y el ejercicio, se produce un aumento de la presión máxima (sistólica), como consecuencia de la vasoconstricción de las zonas inactivas y el aumento de la fuerza de contracción del corazón, dando lugar a un aumento de la presión arterial media.


Adaptación cardiovascular al ejercicio de potencia, isométrico o anaeróbico.

En este caso nos encontramos con:

 Una gran elevación de la presión arterial máxima y mínima:

Por un aumento de la fuerza de impulsión del corazón y a la elevación de las resistencias periféricas, tanto en los territorios inactivos por una constricción generalizada, así como en las zonas activas, donde llega menos sangre por la compresión mecánica que se produce sobre los vasos.

 La frecuencia cardíaca se incrementa de forma notable.

¡Saludos pressbanquistas!

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