¿Ducha de agua fría o caliente después de entrenar?
Todos sabemos lo bien que sienta una buena ducha tras una sesión de intenso entrenamiento, pero, aparte del aspecto higiénico, obviamente, ¿qué beneficios nos puede aportar? ¿es mejor con agua fría o caliente? ¿hay alguna diferencia?
El contacto con el agua fría mejora o activa la circulación, y como consecuencia, da lugar a una piel más tonificada y un mejor estado general de la misma. El estado general de nuestro pelo también se ve reforzado, debido a que dicha activación de la circulación, beneficia la estimulación de nuestro cuero cabelludo.
Pero el agua fría también nos ofrece beneficios en cuanto a recuperación, ya que estabiliza el ritmo cardíaco. Favorece la contracción de los vasos sanguíneos, por lo que reduce la inflamación. El agua fría estimula la producción de glóbulos blancos, mejorando la predisposición de nuestras defensas o sistema inmune, de cara a posibles virus, “resfriados”, etc… y también aumenta la capacidad depurativa del organismo.
Por otro lado, las duchas con agua caliente también nos aportan algunos beneficios.
El calor, favorece la recuperación localizada y puede ayudar a aliviar algunas contracturas. Consigue un aumento de nuestro riego sanguíneo. Nos proporciona un estado de relajación y serenidad mental. También dilata o abre los poros, por lo que facilita la limpieza y drenaje de la piel.
Otra opción puede ser la combinación de ambas. Duchas o baños a diferentes temperaturas, servicio que ofrecen los centros Spa y Wellness, entre otros.
Escrito por Alberto Gómez (Entrenador Personal y Monitor Fitness, Málaga).
