¿Cómo elegir un buen gimnasio?
Hoy en Press Banca Fitness os dejamos un artículo escrito por nuestro amigo Víctor Senovilla en la web del Gimnasio Versus.
Ya tuvimos el placer de poder hablar con Víctor en una entrevista, la cual puedes volver a leer AQUÍ.
Volviendo al tema, os dejamos cinco consejos de Víctor Senovilla para no fallar a la hora de elegir un buen gimnasio para entrenar.
1º – Instructores en formación continua, cualificados y experimentados en metodología y sistemas de entrenamiento fitness. Con aptitudes para la enseñanza, empatía y capacidad de evaluar las necesidades y riesgos potenciales del cliente.
Muchos clientes se pasan años en una instalación sin otra mejora que la propia de realizar unas horas semanales de socialización.
El instructor es el valor fundamental de un gimnasio, él organiza y gestiona los objetivos de cada cliente y hace que su valioso tiempo se haga rentable en pro de una mejora de la salud y la condición física, evitando a su vez lesiones.
La cualificación específica en fitness y no en otras áreas es un dato a tener muy en cuenta, del mismo modo que un entrenador de fútbol o baloncesto no tiene porqué conocer las estrategias necesarias en hockey ó tenis.
2º – Material en buen estado de uso y el necesario para desarrollar el tipo de sesión de entrenamiento que necesito: barras, discos, mancuernas, elementos funcionales y máquinas sectorizadas complementarias.
Una gran parte de los elementos de una instalación moderna no se necesitan para desarrollar un entrenamiento general adecuado para el fitness y el desarrollo de la fuerza o la musculatura: sauna, jacuzzi, plataforma vibratoria, máquinas sustitutivas del trabajo libre… Son elementos adicionales que pueden tener cabida a lo largo de una sesión concreta pero no son lo realmente importante.
Por ejemplo los aparatos cardiovasculares tienen sentido cuando en condiciones normales no se puede realizar el trabajo cardiovascular al aire libre. Este trabajo “libre” moviliza el propio peso corporal y la musculatura en un suelo “cambiante” que obliga al cuerpo a esforzarse mucho más.
3º – Ambiente apto para el entrenamiento. Sala sin distracciones, elementos disuasivos, demasiado ruido o excesivo silencio. Usuarios dispuestos a entrenar y no distraer.
En el entrenamiento deportivo, ya sea atletismo, natación ó ciclismo se conoce la premisa de las sesiones de entrenamiento como momentos de trabajo, esfuerzo y respeto al compañero dentro de un ambiente cordial y a veces distendido.
En las salas fitness encontramos personas que entienden y efectúan esa máxima y otras que si bien no comparten la idea de entrenar duro tampoco facilitan la labor del que desea hacerlo.
Una sala en la que se desarrollan varias actividades a la vez que se pueden oír o visualizar (clases colectivas, audiciones, ponencias…), en la que existe una zona para usuarios entrenando y otros usuarios que ya no lo están ó entrenar con el móvil en el bolsillo son probablemente alguno de los elementos que limitan el progreso de quien se entrena. El excesivo silencio cohíbe también a quien está entrenando duro por miedo a molestar.
4º – Disponibilidad de maquinaria y elementos de trabajo.
El desarrollo de determinados sistemas de entrenamiento puede ser difícil a horas punta de afluencia pero es necesario que exista unos mínimos en cuanto a material se refiere: bancos, mancuernas, poleas, barras, soportes… Un aforo limitado para el uso de una instalación es también otra cuestión a tener en cuenta en sitios donde la saturación hace imposible entrenar.
De nada sirve el tamaño de un gimnasio ó unos grandes recursos si no están adecuados al tráfico de clientes que presentan.
5º – Temperatura. Suelo. Luz y ventilación.
La temperatura no debe ser ni excesivamente fría ni demasiado calurosa. Entendiendo éste contexto dentro de la climatología del lugar donde se desarrolle la actividad. Es poco natural entrenar en una zona muy calurosa con un frío extremo, un cuerpo acostumbrado a la temperatura natural del lugar tenderá a “desacostumbrarse” en una situación muy opuesta.
El suelo forma parte de uno de elementos de seguridad más importante en una sala de entrenamiento. Un suelo rígido pero preparado para la caída de objetos pesados, con los que se entrena habitualmente, es importante. También evitar deslizamientos y estabilizar cuando se trabaja con cargas es una de las funciones de un suelo apto para la práctica de las pesas. Los suelos blandos o inestables no son recomendables (salvo excepciones para trabajos muy específicos). Aquí debe primar la eficacia frente al diseño.
La luz es importante para cualquier actividad diaria. Si bien entendemos que los deportes “indoor” tienen sus ventajas y se encuentran “protegidos” de las condiciones climatológicas, la luz natural es mejor tolerada y propicia para que el cuerpo desarrolle sus funciones fisiológicas normales.
De otro lado la ventilación y renovación del aire en un recinto cerrado pasa por disponer de aire fresco y limpio además de expulsar el exceso de dióxido de carbono emitido por los que entrenan, además elimina el no tan agradable olor que provoca la propia práctica del ejercicio.
¡Espero que os haya gustado pressbanquistas!
Podéis seguir a Víctor por Twitter (@VictorSenovilla)


